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Presentaciones en público

Presentaciones en público

Realizar presentaciones en público es una de las acciones más temidas por gran parte de la sociedad. Sin embargo, también es algo que se deberá de realizar de manera casi segura a lo largo de la vida, por lo que es necesario estar preparado. En este artículo se detallan algunos aspectos a considerar a la hora de tener que presentar un plan ante una audiencia:

–         En primer lugar se ha de tener muy claro el propósito de la presentación. Qué se pretende lograr y sobre qué hablar. Los propósitos pueden ser informar, educar, emocionar, entretener, inspirar, persuadir…etc.

–         Conocer a la audiencia. Saber cómo es la audiencia, sus conocimientos y visión sobre el tema tratado. Puede ser una audiencia cómplice, neutra o reticente. También influye el lugar donde se realiza la presentación, el número de oyentes, la causa por la que están ahí y del tiempo del que disponen.

–         Plantear la estructura. Hay muchos modos de crear un armazón que vertebre la presentación, Weissman en su libro “Presenting to win” detalla las siguientes: cronológica, problema/solución, científica, oportunidad/acción, física, espacial, afirmación/evidencia, caso, argumento/falacia, comparación, modular y basada en preguntas retóricas. Obviamente se pueden combinar.

–         Introducir alguna historia o anécdota. Al ser humano nos gusta escuchar cuentos o experiencias, siempre que éstas sean entretenidas. Incluir una pequeña historia relacionada con el tema tratado consigue captar la atención de la audiencia, mejorar su comprensión y aumentar su recuerdo.

–         El inicio es muy importante. La primera impresión repercutirá notablemente en el devenir de la presentación. Si se quiere captar la atención de la audiencia desde el primer minuto existen técnicas muy interesantes como son la inclusión de un dato que cause asombro y que esté relacionado con el tema tratado, el empleo de preguntas retóricas, una cita de alguien reputado, dando a conocer una estadística curiosa, mostrar una noticia reciente concerniente con aquello que se presentará o contar una pequeña historia.

–         El final de la presentación ha de servir para recapitular y hacer una conclusión de la misma. En ello ayudará un esquema de lo tratado, acompañado de un mensaje que sirva como eslogan final.

–         Si se va a realizar una presentación apoyada por diapositivas, es importante conocer algunas características de las mismas:

>> Debe primar la imagen sobre el texto.

>> El texto no ha de incluir el mismo mensaje que se transmitirá de forma oral.

>> Desde el punto de diseño, se ha de mantener un layout constante y será mejor si el mismo se relaciona con el tema (por ejemplo si estamos tratando de algo relacionado con la antigüedad, incluir un fondo que semeje un pergamino).

>> Coherencia. Aquello que es más importante resaltarlo, bien con un mayor tamaño, alejándolo del resto o cambiando lo de color.

>> Claridad. Lo sencillo es más fácil de comprender y atrae más.

>> Cuidar las connotaciones de los colores y tipografía usados.

–         Cuidar el lenguaje no verbal. Ser consciente del tono de voz y adecuarlo, enfatizando aquellos puntos importantes y dejando momentos de silencio para la asimilación. De igual modo prestar atención a la apostura del cuerpo, evitando posturas consideradas cerradas o de nerviosismo como son los brazos cruzados, las manos en los bolsillos o los pies en continuo movimiento.

Todos los consejos detallados no sirven de nada si no se ensayan y se ponen en práctica. Así que la próxima vez que le toque presentar, relájese, tómese su tiempo y ponga en práctica lo aprendido. Verá como sus presentaciones mejorar notablemente.

Autor: Alvar Diez Llamazares


Juan Carlos Gómez Moreno

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