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El talento en las empresas

El talento en las empresas

Talento es una de esas palabras que usamos constantemente pero en las que raramente veces nos paramos a comprender su significado. Se asocia a unas características extraordinarias positivas de una persona, pero cabe preguntarse qué factores se requieren para considerar talentoso a alguien.

Tener talento en algo es la aglutinación de tres factores: poseer una capacidad superior, tener el compromiso de ponerla en práctica y conseguir, por medio de la acción, unos resultados fuera de lo común. Es necesario que se den las tres premisas, pues cada una de ellas se interrelaciona con las demás.

Cualquier persona talentosa es capaz de marcar la diferencia y es por ello que es muy importante saber rodearse de ellas. Esta afirmación es especialmente importante en el mundo empresarial, donde un capital humano atípicamente talentoso puede marcar una ventaja competitiva significativa. Es por ello que las organizaciones han de conocer muy bien el talento que tienen y necesita, desarrollando de forma individual y colectiva, y fomentando un modelo de relaciones de mutuo beneficio.

Para optimizar la gestión del talento en las empresas, toda compañía se enfrenta a los siguientes retos:

– Concretar. El primer paso para conseguir unos trabajadores con talento es concretar qué es talento y en qué área se precisa talento. No es lo mismo el talento que puede necesitar una fábrica (donde se valorará la precisión en colocar las piezas con rapidez) que el solicitado por una agencia de publicidad (que requerirá de personas con la mente abierta capaces de crear anuncios asombrosos y persuasivos). Es útil en este paso medir el desempeño de los trabajadores por medio de estadísticas, con el fin de descubrir talentos ocultos.

– Potenciar. Las capacidades, como el talento en las empresas, se pueden desarrollar. Es por ello que realizar un cuidadoso plan de carrera para ir potenciando el talento es necesario para el devenir de la empresa. Por ello es importante dar formación que se ajuste a las necesidades de cada empleado. Es útil en este sentido realizar labores de coaching y programas de formación especificas.

– Organizar. Situar en el lugar exacto a cada persona. Alguien talentoso puede creerse infravalorado y disgustado si no se siente valorado. Se ha de conocer el lugar exacto para que cada trabajador se sienta motivado y desenvuelva exquisitamente su trabajo. A veces personas que son extremadamente talentosos en un área no desempeñan bien otros trabajos, por lo se trata de saber qué lugar y trabajo es el mejor para cada persona.

– Compensar. Trabajar es una labor que se realiza a cambio de una contrapartida. Dicha contrapartida hace que el desempeño e implicación de una persona varíe. Aunque lo normal es que la contrapartida sea un salario, no siempre la motivación de las personas depende exclusivamente del dinero. La compensación ha de ser justa y directamente proporcional con el desempeño.

– Implicar. Si se consigue que una persona con unas altas capacidades para realizar muy bien determinada acción apueste por la compañía se consigue un trabajo extraordinario y que la reputación y marca de la institución se vea reforzada.

Las personas con talento mueven el mundo, por lo que disponer de profesionales altamente cualificados e implicados puede marcar la diferencia. Las empresas han de saber aplicar las políticas necesarias para poder captar, mantener, desarrollar y potenciar el talento en las empresas.

Autor: Alvar Diez Llamazares


Juan Carlos Gómez Moreno

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